Las mascotas son nuestros mejores amigos.
Las mascotas son parte de nuestra vida diaria y de nuestras familias. No sólo nos hace compañía sino que también nos brinda apoyo emocional y físico. El hecho de que cada día más personas quieran tener una mascota es prueba de ello.
Las bases del amor de los niños por los animales se sientan en la infancia; Es muy importante para criar personas seguras de sí mismas, empáticas, fuertes y saludables.
Nos ayudan a alejarnos de las emociones negativas
Pensar en un amigo cercano después de una mala experiencia puede ayudarte a sentirte mejor. Asimismo, se ha sugerido que pensar en tu mascota tiene el mismo efecto. En un estudio de 97 dueños de mascotas, los participantes estuvieron expuestos, sin saberlo, a una experiencia social negativa. Luego se les pide que escriban un ensayo sobre su mejor amigo o mascota, o que dibujen un mapa de su campus universitario. Este estudio demostró que los participantes que escribieron sobre su mascota o su mejor amigo no mostraron emociones negativas y fueron igualmente felices, incluso después de experiencias sociales negativas.
Pueden ayudar a reducir el riesgo de alergias.
Contrariamente a la creencia popular, tener una mascota no te hace más susceptible a las alergias.
De hecho, los estudios muestran que tener una mascota desde la infancia puede reducir el riesgo de sufrir alergias a los animales en el futuro. Los estudios en adultos jóvenes han demostrado que las personas que tuvieron una mascota en casa durante la infancia tenían aproximadamente un 50% menos de probabilidades de desarrollar una reacción alérgica a los animales. De acuerdo a esto; Se puede decir que no hay nada malo en tener una mascota en una familia con niños (si no hay alergia existente).
Fomentan el ejercicio y la socialización.
Los estudios demuestran que las personas que tienen mascotas tienden a hacer más ejercicio que otras personas. También se ha observado que los dueños de mascotas son más sociables y más capaces de superar situaciones como la soledad y el aislamiento social. Esto es cierto para personas de todas las edades, pero se ha observado que es especialmente cierto para los dueños de mascotas mayores.
Nos hacen más saludables
La American Heart Association ha afirmado que las mascotas nos ayudan a estar más sanos. Se ha demostrado que tener una mascota regula la presión arterial, reduce los niveles de colesterol y reduce el riesgo de desarrollar obesidad y enfermedades cardiovasculares. Los estudios han demostrado que los dueños de gatos tienen un 40% menos de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral que otras personas. Los expertos aún no saben exactamente "cómo" las mascotas mejoran nuestra salud, pero están seguros de que sí.
Ayudan a mejorar la autoestima
Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology en 2011 reveló que los dueños de mascotas no sólo tienen mayor confianza en sí mismos, sino que también sienten un mayor sentido de pertenencia y son más extrovertidos que las personas que no tienen mascotas. La razón de esto puede ser que los animales nos hacen sentir que nos necesitan o que se apegan a nosotros con un amor incondicional y sin juicios.
Ellos pusieron nuestras vidas en orden
Realizar paseos diarios, crear espacios de juego, preparar comidas y realizar visitas periódicas al veterinario… son algunas de las actividades que debe realizar un dueño responsable de una mascota. A través de estas actividades, las mascotas nos ayudan a traer rutina y disciplina a nuestra vida. Estas tareas ordinarias se convierten en nuestros hábitos después de un tiempo y nos permiten ser más productivos y disciplinados en todo lo que hacemos.
Reducen nuestro estrés
Tener un perro como compañero reduce niveles mensurables de estrés en los humanos y existe una extensa investigación médica sobre el tema. La Asociación Estadounidense del Corazón realizó un estudio en personas con presión arterial alta. Sus hallazgos: Se concluyó que los pacientes que tenían mascotas podían mantener su presión arterial baja cada vez que experimentaban estrés a lo largo de su vida, en comparación con aquellos que no tenían mascotas. Su amor incondicional se convierte en un sistema de apoyo para nosotros cuando estamos estresados.